domingo, 28 de febrero de 2016

Punto y final

A su paso todo se plegaba, agachaba su porte o se escondía. Ante aquel tornado inmisericorde, la valentía era sobrevivir. Sin embargo, Ana no pensaba lo mismo, por eso se desprendió de su asidero y voló tras las hojas de su autobiografía, que ya se alejaban en lontananza.


6 comentarios:

  1. Desde luego, Sara, siempre en pleno vuelo.
    Un abrazo enorme.

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    Respuestas
    1. Así es Ana. Hay que salir a buscar, que el peligro es quedarse :-)
      Un abrazo.

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  2. No hay que dejar la ventana abierta a los remolinos de la memoria. Broma.

    Me gustó. Un beso

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  3. Antes que nada, prevalece la defensa de su obra.
    Saludos.

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  4. Hermosa manera de perseguir el destino, siempre un caos.

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  5. Bonito relato y bonita ilustración, no todos consiguen ver ese "tornado" que ayuda a encontrarse a uno mismo.

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