Con este microrrelato participo en septiembre en el Certamen
El tema del mes es: Volver...
Como todas las mañanas, después
de preparar el desayuno para los Villasierra, Clotilde se quedó sola en la
finca. Cuando los forajidos entraron apenas tuvo tiempo de esconderse sin ser
vista en la despensa. Y allí, entre embutidos caseros y hogazas de pan, deseó
que fueran a por la caja fuerte que la señora mandó instalar detrás del retrato
de Don Alfonso, y se llevaran el dinero y las joyas. “¿Qué otra cosa si no
buscarían de valor en la casa?” pensó para animarse. No sabía que los
peligrosos fugitivos estaban hambrientos y necesitaban provisiones para volver
a adentrarse en el monte.
Allá te comento.
ResponderEliminarGracias, Miguelángel por pasar.
EliminarHe dejado mi comentario en ENTC,y me quedo alojada por aquí si me lo permites.Me gusta este blog.
ResponderEliminarTe invito a visitar el mío, está en mi perfil.
Un abrazo
Rosa.
Gracias Rosa por la visita, y por quedarte por aquí. Me he pasado por tu blog y he disfrutado con la lectura.
EliminarUn abrazo.
Sara, voy allí y escribo, y decirte que... ya he escrito, y que allí podrás leer lo que pienso del final de esta historia ¡que no todo va a ser sangre y dolor en el regreso a Setiembre!.
ResponderEliminarUn besote y muchas suerte amiga.
Me ha encantado tu final de la historia. A veces las dificultades, las encrucijadas nos llevan por caminos singulares, interesantes, llenos de experiencias que, sean buenas o malas, conforman luego nuestra vida.
EliminarUn abrazo.
Qué mala suerte!!! El hambre es mal consejero... todo tipo de hambre.
ResponderEliminarPara allá voy.
Un beso, Sara.
Mmmm, el hambre como necesidad básica, como reacción primaria es difícil de controlar.
EliminarUn gusto verte por aquí y por allí, Amparo.
¡El hambre es muy mala! Me hiciste sonreír.
ResponderEliminarAbrazos hasta hartarte.
Hasta hartarse comerán los fugitivos. Que luego nunca se sabe cuándo tocará de nuevo :-)
EliminarUn abrazo, Lola.
¡Ah, qué corajillo!
ResponderEliminar¿A que sí?
EliminarUn saludo.
Agradezco ambos comentarios, Diego. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy bueno, Sara. Gran final abierto que nos deja pensando en lo que vendrá. Genial.
ResponderEliminarSaludos...